No dormir puede alterar nuestras emociones, según estudio

Imagina enfrentarte a una noche sin dormir, no por elección, sino como parte de un estudio científico destinado a explorar las profundidades de cómo la falta de sueño afecta nuestra mente y emociones.

Eso es exactamente lo que experimentaron 25 adultos jóvenes sanos en esta investigación pionera publicada en el Journal of Sleep Research. Se les pidió someterse a dos condiciones experimentales distintas: una noche de sueño normal, disfrutada en la comodidad de sus hogares, y una noche en vela, pasada en un entorno de laboratorio cuidadosamente controlado.

Lam, Y. C., Li, C., Hsiao, J. H., & Lau,E. Y. Y. (2024). A sleepless night disrupts the resolution ofemotional conflicts: Behavioural and neural evidence.Journalof Sleep Research, e14176

Al día siguiente, con los ojos probablemente pesados y la mente nublada por la falta de sueño, estos participantes se embarcaron en una tarea diseñada para desafiar su regulación emocional implícita. Sentados frente a una pantalla, se les presentaron imágenes de rostros mostrando emociones claras, felicidad o miedo, que venían acompañadas de palabras que o bien coincidían con la emoción del rostro (congruentes) o no (incongruentes).

La tarea era simple, pero reveladora: identificar la emoción del rostro, ignorando la palabra. Mientras tanto, la actividad cerebral de los participantes era monitorizada meticulosamente a través de electroencefalografía (EEG), capturando los sutiles bailes de ondas cerebrales provocados por cada decisión, por cada conflicto emocional enfrentado.

Esta tarea se convirtió en el escenario para una profunda investigación sobre cómo nuestro cerebro maneja las emociones cuando está privado de uno de sus recursos más críticos: el sueño. La regulación emocional implícita, esa capacidad de ajustar y manejar nuestras respuestas emocionales sin un esfuerzo consciente deliberado, se sometió a prueba bajo las condiciones del estudio realizado por científicos en Hong Kong.

El resultado: Respuestas más lentas y erráticas

Los hallazgos revelaron un notable declive en el rendimiento tras la privación del sueño. Los participantes mostraron tiempos de reacción más lentos y cometieron más errores, particularmente al intentar resolver conflictos emocionales. Esto sugiere que incluso una sola noche sin sueño puede perjudicar significativamente nuestra habilidad automática para manejar eficientemente los desafíos emocionales.

El Cerebro Sin Sueño: Una Lucha por los Recursos

A nivel neurológico, el estudio ofreció perspectivas fascinantes. La privación del sueño condujo a un aumento significativo en la amplitud P300, un componente de la actividad cerebral asociado con la atención y el procesamiento de la significancia emocional. Esto indica que los cerebros privados de sueño pueden estar compensando la falta de descanso al asignar más recursos atencionales para manejar conflictos emocionales, aunque de manera menos efectiva.

p300

Implicaciones: Repensando Nuestras Prioridades de Sueño

El estudio proporciona evidencia convincente de que el sueño no es solo un lujo, sino un componente esencial del bienestar emocional. La alteración en la regulación emocional implícita observada subraya la importancia del sueño para mantener nuestra salud mental y la calidad de nuestras interacciones sociales. Desafía la glorificación social del sacrificio del sueño y destaca la necesidad de priorizar un sueño adecuado en nuestra vida cotidiana.

Esta investigación pionera abre nuevas vías para comprender la compleja relación entre el sueño y el procesamiento emocional. Pide un cambio en cómo vemos el sueño, pasa de ser de una mera necesidad física a ser un pilar crítico de la salud emocional y mental. A medida que continuamos descubriendo los vastos impactos de la privación del sueño, este reciente estudio es un recordatorio del coste oculto de descuidar nuestro sueño y una motivación para adoptar hábitos de sueño más saludables para nuestro bienestar general.

Estudio referencia de este post:

Lam, Y. C., Li, C., Hsiao, J. H., & Lau,E. Y. Y. (2024). A sleepless night disrupts the resolution ofemotional conflicts: Behavioural and neural evidence.Journal of Sleep Research, e14176.https://doi.org/10.1111/jsr.1417612 of 12LAMET AL.

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