Cómo elegir el Colchón adecuado para ti

Guia del Descanso Dormideo

Saber cómo elegir un colchón es esencial si quieres garantizar tu descanso. Alcanzar un sueño placentero y reparador depende de muchísimos aspectos pero este es sin duda uno de los más importantes.

Si estás buscando el colchón ideal es normal que te surjan dudas. Porque, te lo aseguramos, encontrarás opiniones muy dispares. Y es que, este tipo de valoraciones son muy subjetivas. Para gustos se hicieron los colores; por eso, no tienes que preguntarte cuál es el mejor sino cuál es el ideal para ti.

Cada uno tiene sus manías, gustos y necesidades a la hora de conciliar el sueño. Por eso, a la hora de escoger un colchón, encontrarás muchísimas opciones diferentes. ¿No sabes por dónde empezar a buscar el tuyo? ¡No te preocupes!

Hemos creado esta completa guía sobre cómo elegir un colchón para ayudarte.

Te contamos cuáles son los principales tipos que podrás encontrar en el mercado y te explicamos las diferencias principales para decantarse por uno u otro. También, te damos todas las claves para elegir uno que se adapte a tus necesidades o en qué tienes que fijarte si buscas uno para niños o bebés. ¡Toma nota!

Tipos de colchones

Lo primero que tenemos que decidir cuando buscamos nuestro colchón ideal es qué tipo se adecúa más a nuestras necesidades. Aunque quizá encuentres opciones que combinen dos características o que tengan una composición más novedosa, principalmente distinguiremos entre tres tipos de colchones: de muelles, viscoelásticos y de látex.

Te contamos qué caracteriza a cada uno de ellos:

  1. Colchón de Muelles: La opción más clásica y posiblemente la más conocida. Se trata de una estructura de muelles en la que cada uno se encapsula en su propia capa de tela. Esto significa que cada muelle puede actuar de forma independiente, permitiendo una libertad de movimientos. Por eso, esta opción es ideal para parejas en las que hay una notable diferencia de peso.
  2. Colchón Viscoelástico: Se trata de una opción muy adaptable a la curva del cuerpo pero que no se hunde al acostarse. Se caracteriza por reducir los puntos de presión en las zonas de más peso. Además, son termoadaptables, se adaptan a la temperatura de la persona que descansa sobre ellos.
  3. Colchón de Látex: Esta opción cuenta con unos núcleos de látex, un producto derivado de la resina de una variedad de árbol tropical. Aunque, también podrás encontrar opciones sintéticas. Se trata de un colchón muy elástico por eso es el más recomendable si contamos con un somier articulado. Destaca por adaptarse muy bien al contorno del cuerpo a la par que ofrece un soporte más firme que las opciones viscoelásticas. Por su composición también suele ser la mejor opción si buscas un colchón hipoalergénico.

Cómo elegir un colchón: Claves principales

Escoger mal nuestro colchón o dormir uno en mal estado sin duda tiene consecuencias para nuestra espalda. Si alguna vez te has levantado sintiendo un dolor en las lumbares es posible que te toque cambiarlo. ¿Quieres asegurarte de que esta vez estás escogiendo la opción correcta? La mejor forma de comprobarlo es probándolo. Túmbate boca arriba, estira totalmente las piernas y fíjate en cómo recoge tu zona lumbar. Si notas que puedes echarte de una forma natural y que no se forma un arco sobre él, irás por buen camino. 

El siguiente paso es comprobar la dureza. ¿Te acuerdas del cuento de Ricitos de Oro y los tres ositos? El truco está en imitar a la protagonista y no quedarnos con un colchón que esté demasiado duro pero tampoco excesivamente blando. Si escoges una opción demasiado dura y te mueves mucho al dormir lo más probable es que te despiertes durante la noche cada vez que cambies de postura. Por el otro lado, una muy blanda hará trabajar demasiado a tu cuerpo; haciendo que tu columna vertebral pierda su alineación.

Dormir solo o en pareja también es algo determinante. Si tienes dolor de espalda y tu pareja se mueve mucho, asegúrate de escoger una opción que se adapte bien a los cambios de posturas. Además de, por supuesto, elegir un tamaño adecuado para dos personas.

Por otro lado, también es muy importante tener en cuenta la altura de los dos. Este siempre tiene que medir al menos 10 cm más que la persona más alta para que pueda descansar cómodamente y sin dolores.

 

 

 

 

 

Otro aspecto que debes considerar al comprar un colchón es tu postura al dormir. Si duermes boca arriba, te hará falta un colchón firme que apoye tu columna vertebral y la mantenga alineada. Si duermes boca abajo, necesitarás un colchón más blando para evitar dolores de cuello y espalda. Y si duermes de lado, la mejor opción para ti es un colchón de firmeza intermedia que se adapte a la forma de tus hombros.

También tienes que tener en cuenta la transpirabilidad del colchón. Si eres una persona calurosa o vives en una zona con altas temperaturas, lo mejor es que te decantes por un colchón de muelles ensacados, ya que estos favorecen la circulación del aire y la regulación de la temperatura. Si por el contrario eres más bien una persona friolera, los colchones viscoelásticos o de látex son mejores opciones, ya que guardan más el calor.

Por último, tampoco hay que olvidarse del precio, ya que de nada sirve encontrar el colchón perfecto si está muy lejos de tu presupuesto. A estas alturas ya sabrás que comprar un buen colchón es una de las mejores inversiones que puedes hacer para cuidar tu salud, pero en Dormideo la calidad no está reñida con el precio. En nuestro catálogo puedes encontrar colchones viscoelásticos por menos de 100€ o colchones de muelles ensacados por menos de 200€


Diferencias entre Colchones Viscoelásticos y de Muelles Ensacados

Visco o Muelles?

Ahora que sabes qué tipos de colchones existen y cuáles son las características principales de cada uno de ellos es el momento de que aprendas sus principales diferencias para escoger uno u otro. Vamos a empezar viendo qué diferencia a los viscoelásticos y de muelles:

  • Firmeza: Los colchones de muelles presentan una gran firmeza porque recogen tu peso y lo distribuyen por toda la superficie mientras que los viscoelásticos tienen una firmeza de grado medio. Es decir, van adaptándose ligeramente a la forma de tu cuerpo sin llegar a hundirse; ayudando a que tu espalda consiga una mejor postura mientras duermes.
  • Adaptación a las curvas de tu cuerpo: Los muelles reducen los puntos de presión y se van adaptando a tu cuerpo y movimiento pero si lo que buscas es un colchón que se adapte perfectamente a tu curva y postura, la espuma viscoelástica es la mejor opción.
  • Durabilidad: Ambas opciones aguantan bien el paso de los años pero las viscoelásticas pueden durar hasta una década en perfectas condiciones. No obstante, recalcamos que lo más recomendable es que cambies cuando tengan entre 7 y 9 años por motivos de higiene y para obtener un descanso óptimo.
  • Transpiración: Los colchones de muelles son mucho más transpirables. Esto significa que permiten que circule muy bien para evitar humedades y malos olores.
  • Temperatura: La espuma viscoelástica cuenta con una característica muy especial, se adapta a la temperatura corporal de la persona que descansa en él.

Es importante destacar que es posible que encuentres opciones que sean a la par de muelles y viscoelásticos. Estos se benefician de la estabilidad que dan los muelles y la adaptabilidad a las curvas del cuerpo del viscoelástico.

Diferencias entre Colchones Viscoelásticos y de Látex

Por lo general, a la mayoría de las personas les cuesta más detectar las diferencias entre las opciones viscoelásticos y de látex ya que tienen muchas características en común. Por ejemplo, ambos tienen una durabilidad similar de hasta diez años y se adaptan a la perfección a las curvas del cuerpo. Además, cuentan con lo que se conoce como “efecto memoria” que les permite recuperar la forma una vez que el peso desaparece.

¿Quieres saber cómo diferenciarlos? ¡Toma nota!

  • Dureza: Por norma general, el látex es más blando que la espuma viscoelástica. Aunque, es importante que tengas en mente que todo dependerá del número de capas de acolchado y el grado de densidad. Cuando mayor sea, adaptable y blando será.
  • Transpiración: El látex necesita más ventilación, especialmente si es natural, porque es muy sensible a la humedad. En casas antiguas o en zonas con un clima muy húmedo es más recomendable optar por el viscoelástico.
  • Peso: El látex se caracteriza por ser un material bastante más pesado, lo que dificulta el volteo.
  • Movilidad: Ambos tipos son perfectos para somieres articulados. Sin embargo, es importante que si escoges uno viscoelástico te fijes en que su núcleo no sea de muelles ya que podrían deformarse.

Cómo elegir Colchones para Niños y bebés

Es importante tener siempre en mente que los pequeños de la casa necesitan cambiar de colchón mucho más rápido que los adultos. Los bebés y niños están en plena etapa de crecimiento y necesitan que este vaya adaptándose a sus necesidades en todo momento.

Un buen descanso es la clave para que los pequeños puedan crecer grandes y fuertes. Su confort es altamente importante porque la falta de sueño les afecta muchísimo más que a los adultos. Necesitan recuperar toda la energía que han gastado durante día aprendiendo y jugando. Un buen colchón es la clave para que puedan empezar el día siguiente con las pilas cargadas y puedan seguir creciendo.

Cuando escogemos colchones para bebés, de cero a dos años, tenemos que tener en cuenta que los niños de estas edades pasan muchísimo tiempo durmiendo. Quizá en esta etapa sea cuando la elección de un buen colchón tiene la máxima importancia. Fíjate en los siguientes puntos para acertar:

  1. Firmes pero adaptables: Es necesario que no sea demasiado blando para prevenir problemas de espalda pero a la vez hay que fijarse en que sea adaptable, sobre todo el parte de la cabeza. Este aspecto es muy importante porque evita el riesgo de que se produzca algo que conocemos como plagiocefalia postural que puede darse cuando el bebé pasa mucho tiempo tumbado de lado sobre una superficie demasiado dura.
  2. Transpiración: Es imprescindible contar con un colchón anti-asfixia en esta etapa. Es decir, aquellos que no se amoldan en la cabeza de bebé en caso de que se ponga boca abajo.
  3. Higiénicos: Los más pequeños suelen tener escapes inesperados o pueden vomitar sobre el colchón. Por eso, es importante contar con opciones que cuenten con una funda transpirable que se pueda meter en la lavadora.

A partir de los dos años muchos peques ya están listos para dar el paso de la cuna a su primera cama. En este caso, la mejor opción es lo que se conoce como colchón de transición que está especialmente diseñado para este paso. Suele contar con los siguientes factores:

  1. Alta firmeza: Se adapta a cada parte del cuerpo y favorece que la columna se alinee correctamente.
  2. Máxima transpiración: Deja circular bien el aire para adaptarse al metabolismo de los niños y evitar que sientan un calor excesivo a la hora de dormir.
  3. Desenfundables: Higiénicos y mucho más fáciles de limpiar en caso de que ocurra algún accidente inesperado.

La mayoría de los niños pueden utilizar un colchón de transición hasta los nueve años aproximadamente. A partir de allí, es el momento perfecto para cambiarlo por uno que se adapte mejor a su altura y peso. Recuerda ir adaptándolo a su crecimiento, buscando siempre uno que garantice el apoyo perfecto para su espalda. 

Escoger la base adecuada para tu colchón

  • Somier de láminas: Se trata de la base más común y económica. Permite una adecuada ventilación del colchón. Se puede utilizar para todo tipo de colchones.
  • Base tapizada: Una opción más dura y resistente que la anterior. Es compatible con todos los colchones excepto los de látex.
  • Canapé: Son los más firmes y duraderos, y tienen el diseño más bonito. Además, proporcionan espacio de almacenaje, ya que están construidos como arcón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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