¿Cuál es la Densidad ideal para un Colchón?

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La densidad es una característica que generalmente asociamos a la calidad y es extremadamente importante cuando escogemos colchones viscoelásticos. Por eso, es normal que nos preguntemos qué densidad debe tener un colchón o que nos preguntemos directamente a qué se refiere esta característica.

Si estás en plena búsqueda de un nuevo colchón viscoelástico es probable que te hayas dado cuenta de que hay bastante diferencia de precio entre unas y otras opciones. Esto se debe a varios aspectos pero, si eres un poco perspicaz, seguro que te has dado cuenta de que las opciones con mayor densidad suelen ser siempre las más caras. ¿Por qué? Vamos a descubrirlo a continuación.

Te contamos qué es la densidad de un colchón y su importancia para definir su calidad, te explicamos cómo se calcula y las conclusiones que puedes sacar al respecto. Para acabar, te contamos qué densidad tiene que tener un colchón para bebé. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la densidad de un colchón?


Explicado de una forma más sencilla, es un indicador de la cantidad de viscoelástica que realmente tiene nuestro colchón. Recordemos, tal y cómo te contamos en otros en textos anteriores que no existen colchones viscoelásticos como tal sino que podremos encontrar opciones con núcleos de diferentes materiales terminados con capas de acolchado de este material. La densidad de un colchón se refiere a los kilos de materia prima utilizada para fabricar un metro cúbico de espumación o capa de acolchado. Es un indicador de la calidad del producto, especialmente en lo que se refiere a su resistencia y durabilidad. Por lo general, cuanto más alta sea esta característica, mejor rendimiento nos dará el colchón.

Por norma general, las opciones con una menor densidad son más económicas porque se ha utilizado una menor cantidad de viscoelástica en su fabricación. En su lugar puede haber simplemente aire u otros polímeros. Esto se traduce en que, aunque tendrá las propiedades únicas de este material, no serán tan óptimas como las de los colchones con un valor más alto.

En otras palabras, estos acolchados se deformarán antes y empezarán a perder su efecto memoria (su capacidad para adaptarse al cuerpo y recuperar la forma tras retirar el peso). Esto se traduce directamente en que durarán algo menos, es decir, aguantarán en perfectas condiciones alrededor de cinco años en vez de los diez que pueden llegar a durar las opciones con una densidad más alta.

Por otro lado, este factor influye muchísimo en el confort. Sin duda, un colchón con unos valores más altos se adaptará mejor a las curvas del cuerpo pero, a la par, no se hundirán al notar el peso. A la larga, esta característica es esencial para prevenir dolores de espalda.

Del mismo modo, una densidad más alta también suele significar un tacto más viscoso y una mayor retención del calor porque tienen menos aire dentro de su estructura. Por lo tanto, si sueles pasar calor por las noches, quizá prefieras una opción con un valor más bajo

¿Cómo saber la densidad de mi colchón?

La densidad del colchón se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la medida del colchón, expresada en metros cúbicos. Esto nos da una idea del peso de la materia prima y su cantidad y nos permite clasificar a los colchones en tres tipos:

  1. Baja: aquellos cuyo valor está entre 18 y 40 kilogramos por metro cúbico.
  2. Media: aquellos en los que el valor se sitúa entre 40 y 80 kilogramos por metro cúbico.
  3. Alta: todos aquellos que tengan un valor que supere los 80 kilogramos por metro cúbico.

En líneas generales, una mayor densidad supone una mejor adaptación al cuerpo pero a la par un colchón más duro. Por supuesto, es un indicador de calidad pero esto no significa que todos debamos de escoger el valor más alto. Por ejemplo, si prefieres una sensación más mullida quizá descanses más cómodamente con uno medio.

Por supuesto, el factor económico también es muy relevante. La viscoelástica es un materia prima con un coste bastante elevado, lo que hacer que la cantidad que lleve el colchón influya notablemente en su precio. Aunque, por supuesto también se tienen en cuenta otros factores como el tamaño, la calidad del resto de materiales, el número de capas de viscoelástica o el tipo de núcleo que tenga.

Por otro lado, una mayor cantidad de viscoelástica siempre suele traer consigo una menor cantidad de aire contenido dentro del colchón. Esto se traduce siempre en una mayor duración para el colchón en condiciones óptimas. Aunque al principio pueda parecerte que dos opciones tienen un confort y características similares es importante que tengas en cuenta que vas a pasar varias horas todas las noches descansando sobre ellos. Lo que, sin lugar a dudas, genera cierto desgaste. La vida útil de un colchón viscoelástico depende muchísimo de su densidad, las propuestas con un valor más elevado pueden durarte el doble; tenlo en cuenta a la hora de escoger tus colchones.

Densidad de colchón apropiada para un bebé

A la hora de escoger un colchón para bebé es importante tener en cuenta que los más pequeños tienen necesidades muy específicas. Por ejemplo, siempre tendremos que escoger opciones que se adapten correctamente a su cuerpo. Eso no se refiere solo al tamaño sino también al grosor y, por supuesto, a la densidad.

Ambos factores tienen que ser medios, el grosor de los colchones para niños tiene que situarse entre los 12 y los 18 cm porque son muy ligeros. Mientras que, la densidad de este tiene que estar entre los 20 y los 22 kilogramos por metro cúbico. Esto nos garantiza que es suficientemente firme para sostener su cuerpo sin causarle ningún daño y otros problemas como la plagiocefalia postural que se da cuando el bebé descansa de lado sobre una superficie demasiado dura; afectando a la morfología de su cabeza que todavía se está formando.

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